Ponent Mon anuncia una nueva colección dedicada al manga de terror, cuyos dos primeros lanzamientos saldrán a la venta a finales de este año. Os dejamos con la pedazo de nota de prensa que se ha currado el amigo Sergio Morales, al que desde aquí aprovecho para desear todo lo mejor en sus nuevos proyectos tras abandonar (espero que momentaneamente) Tirafrutas, uno de los blogs de referencia en la blogosfera comiquera hispana.
Aula a la Deriva (The Drifting Classroom) y Nijigahara Holograph bautizan la colección de manga de terror de la editorial
Tras las vacaciones veraniegas, Ponent Mon incorporará a su catálogo manga dos títulos que suponen la puesta de largo de una nueva colección editorial dedicada al terror. En esta línea tendrán cabida tanto clásicos del terror japonés como los nuevos y escabrosos títulos que salen al mercado nipón. El pistoletazo de salida lo darán dos perfectos representantes de este binomio: Aula a la Deriva (The Drifting Classroom) de Kazuo Umezu y Nijigahara Holograph de Asano Inio.
Nombrar a Kazuo Umezu (1936, Koya) es hacer referencia a uno de los más grandes representantes del horror japonés, pues es por muchos considerado como el padre del género en el manga. A pesar de la diversidad de su obra, sus trabajos más elogiados se enmarcan dentro del más sádico e inquietante terror y el mejor ejemplo de su capacidad para atraparnos en sus ineludibles y pavorosas redes es, precisamente, Aula a la Deriva. En esta saga de 11 volúmenes asistiremos a la desesperación y la locura que domina a los 862 estudiantes y personal de una escuela de primaria cuando se encuentran transportados, repentinamente y tras un inexplicable terremoto, a un futuro post-apocalíptico en el que una serie de desastres ha acabado con todo rastro de vida humana. Los pobres desdichados se verán obligados a vagar en una yerma tierra donde mortales enfermedades y extrañas criaturas mutantes amenazan su supervivencia. Pero el mayor peligro al que se enfrentarán será a ellos mismos, cuando la cordura deje paso a las intrigas y a la paranoia.
La serie, publicada en distintos episodios en la revista Shônen Sunday entre 1972 y 1974, obtuvo su reconocimiento en 1975 con el prestigioso premio al mejor manga que otorga Shôgakukan. El jurado valoró en su justa medida la habilidad de Umezu para aterrorizarnos ante la propia condición humana y nuestro maleable concepto de sociedad. Umezu aplica sobre los niños un severo castigo tras otro, los enfrenta a un peligro cada vez mayor que el anterior en una intrépida carrera hacia la enajenación absoluta. El autor edifica para ello un desolador paraje en el que, cual marionetista, jugará con las vidas de los protagonistas en un alarde de maquiavélica y programada crueldad al hacer realidad sus peores pesadillas. La escuela, antaño un lugar donde formar una personalidad acorde a las normas básicas de convivencia y donde se instruían los alumnos con los más estrictos valores morales deviene una lúgubre prisión en la que cada recoveco y cada paso obliga a los alumnos a estar alerta. Con tan sólo situar un icónico ejemplo de rectitud moral en un entorno hostil, Umezu nos advierte de la fragilidad de nuestras creencias y comportamientos sociales, pues, aunque el autor elige fatales accidentes y monstruosas deformidades que campan por el desierto para diezmar a los pobres chiquillos, pronto estos mismos chavales se erigirán como su peor amenaza. Completamente absorbidos por una vorágine de demencia esquizofrénica, no dudarán en cometer los peores actos imaginables con sus compañeros y la antigua autoridad representada por los profesores no significará ya nada para ellos.
Nijigahara Holograph, por otra parte, sitúa la acción en el presente, en una tranquila ciudad que sirve de escenario para el reencuentro de antiguos compañeros de escuela. En diez años no han cambiado mucho las cosas para Sizuka, el alienado nuevo alumno que llega a mitad de curso procedente de otra escuela. Ni para Komatsuzaki, el broncas del colegio, quien a partir de un golpe en la cabeza se comporta de forma un tanto extraña. La pobre Arie sigue en coma después de que sus compañeros la empujaran a un pozo. Arakawa ahora tiene un trabajo de camarera en una pequeña cafetería. Entre ellos aún sigue viva la infantil leyenda de un monstruo que habita el túnel que hay tras la escuela. Y, misteriosamente, las mariposas comienzan a proliferar como resultado de una inexplicable explosión demográfica. Quizá es que todas las mariposas que se habían visto separadas por el destino se están volviendo a reunir.
Asano Inio nos presenta un puzzle cuyas piezas dispersa tanto en el pasado, 10 años atrás, como en el presente. Individualmente, relatan distintas partes de la historia coral de nuestros protagonistas, con sus misterios, sus miedos, sus amores y sus drásticas decisiones. Las peleas de patio de colegio y hacerle el vacío al recién llegado han dado paso a violaciones, asesinatos y secuestros. Los años no han pasado en balde, en definitiva, aunque, por cuanto más pasa el tiempo, más paralelismos se encuentran en los actos de Sizuka, Komatsuzaki y Arakawa. Quien no aprende del pasado está condenado a repetirlo y por eso quizá su sino es reunirse de nuevo, nuestras turbadas mariposas, para que sus aleteos se sincronicen cuando el lector complete el rompecabezas.
Nijigahara Holograph es un volumen único que condensa lo mejor del terror psicológico japonés. Bajo una capa de perfecta belleza se esconden las peores y más detestables miserias humanas. Asano Inio nos viste con detalle perfeccionista a unos protagonistas sumidos en sus miedos más interiorizados, los que les carcomen desde que tienen recuerdos y pugnan por salir al exterior. Cada uno lo hará a su manera, en sintonía con el origen de dicho mal.
La edición de Ponent Mon de Aula a la Deriva constará de 6 volúmenes de aproximadamente 350 páginas, con un precio estimado de 12,90 euros. Por su parte, Nijigahara Holograph es un volumen único de cerca de 290 páginas; su edición será similar a la de Homunculus y el precio rondará los 12 euros. Ambos títulos están previstos para finales de este año.
Tras las vacaciones veraniegas, Ponent Mon incorporará a su catálogo manga dos títulos que suponen la puesta de largo de una nueva colección editorial dedicada al terror. En esta línea tendrán cabida tanto clásicos del terror japonés como los nuevos y escabrosos títulos que salen al mercado nipón. El pistoletazo de salida lo darán dos perfectos representantes de este binomio: Aula a la Deriva (The Drifting Classroom) de Kazuo Umezu y Nijigahara Holograph de Asano Inio.
Nombrar a Kazuo Umezu (1936, Koya) es hacer referencia a uno de los más grandes representantes del horror japonés, pues es por muchos considerado como el padre del género en el manga. A pesar de la diversidad de su obra, sus trabajos más elogiados se enmarcan dentro del más sádico e inquietante terror y el mejor ejemplo de su capacidad para atraparnos en sus ineludibles y pavorosas redes es, precisamente, Aula a la Deriva. En esta saga de 11 volúmenes asistiremos a la desesperación y la locura que domina a los 862 estudiantes y personal de una escuela de primaria cuando se encuentran transportados, repentinamente y tras un inexplicable terremoto, a un futuro post-apocalíptico en el que una serie de desastres ha acabado con todo rastro de vida humana. Los pobres desdichados se verán obligados a vagar en una yerma tierra donde mortales enfermedades y extrañas criaturas mutantes amenazan su supervivencia. Pero el mayor peligro al que se enfrentarán será a ellos mismos, cuando la cordura deje paso a las intrigas y a la paranoia.
La serie, publicada en distintos episodios en la revista Shônen Sunday entre 1972 y 1974, obtuvo su reconocimiento en 1975 con el prestigioso premio al mejor manga que otorga Shôgakukan. El jurado valoró en su justa medida la habilidad de Umezu para aterrorizarnos ante la propia condición humana y nuestro maleable concepto de sociedad. Umezu aplica sobre los niños un severo castigo tras otro, los enfrenta a un peligro cada vez mayor que el anterior en una intrépida carrera hacia la enajenación absoluta. El autor edifica para ello un desolador paraje en el que, cual marionetista, jugará con las vidas de los protagonistas en un alarde de maquiavélica y programada crueldad al hacer realidad sus peores pesadillas. La escuela, antaño un lugar donde formar una personalidad acorde a las normas básicas de convivencia y donde se instruían los alumnos con los más estrictos valores morales deviene una lúgubre prisión en la que cada recoveco y cada paso obliga a los alumnos a estar alerta. Con tan sólo situar un icónico ejemplo de rectitud moral en un entorno hostil, Umezu nos advierte de la fragilidad de nuestras creencias y comportamientos sociales, pues, aunque el autor elige fatales accidentes y monstruosas deformidades que campan por el desierto para diezmar a los pobres chiquillos, pronto estos mismos chavales se erigirán como su peor amenaza. Completamente absorbidos por una vorágine de demencia esquizofrénica, no dudarán en cometer los peores actos imaginables con sus compañeros y la antigua autoridad representada por los profesores no significará ya nada para ellos.
Nijigahara Holograph, por otra parte, sitúa la acción en el presente, en una tranquila ciudad que sirve de escenario para el reencuentro de antiguos compañeros de escuela. En diez años no han cambiado mucho las cosas para Sizuka, el alienado nuevo alumno que llega a mitad de curso procedente de otra escuela. Ni para Komatsuzaki, el broncas del colegio, quien a partir de un golpe en la cabeza se comporta de forma un tanto extraña. La pobre Arie sigue en coma después de que sus compañeros la empujaran a un pozo. Arakawa ahora tiene un trabajo de camarera en una pequeña cafetería. Entre ellos aún sigue viva la infantil leyenda de un monstruo que habita el túnel que hay tras la escuela. Y, misteriosamente, las mariposas comienzan a proliferar como resultado de una inexplicable explosión demográfica. Quizá es que todas las mariposas que se habían visto separadas por el destino se están volviendo a reunir.
Asano Inio nos presenta un puzzle cuyas piezas dispersa tanto en el pasado, 10 años atrás, como en el presente. Individualmente, relatan distintas partes de la historia coral de nuestros protagonistas, con sus misterios, sus miedos, sus amores y sus drásticas decisiones. Las peleas de patio de colegio y hacerle el vacío al recién llegado han dado paso a violaciones, asesinatos y secuestros. Los años no han pasado en balde, en definitiva, aunque, por cuanto más pasa el tiempo, más paralelismos se encuentran en los actos de Sizuka, Komatsuzaki y Arakawa. Quien no aprende del pasado está condenado a repetirlo y por eso quizá su sino es reunirse de nuevo, nuestras turbadas mariposas, para que sus aleteos se sincronicen cuando el lector complete el rompecabezas.
Nijigahara Holograph es un volumen único que condensa lo mejor del terror psicológico japonés. Bajo una capa de perfecta belleza se esconden las peores y más detestables miserias humanas. Asano Inio nos viste con detalle perfeccionista a unos protagonistas sumidos en sus miedos más interiorizados, los que les carcomen desde que tienen recuerdos y pugnan por salir al exterior. Cada uno lo hará a su manera, en sintonía con el origen de dicho mal.
La edición de Ponent Mon de Aula a la Deriva constará de 6 volúmenes de aproximadamente 350 páginas, con un precio estimado de 12,90 euros. Por su parte, Nijigahara Holograph es un volumen único de cerca de 290 páginas; su edición será similar a la de Homunculus y el precio rondará los 12 euros. Ambos títulos están previstos para finales de este año.
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