El pasado viernes 16 se estrenaba en salas españolas "Protocolo Fantasma", la cuarta entrega de la saga Misión Imposible que nos trae una nueva aventura del agente del FMI Ethan Hunt, interpretado como no podía ser menos por el actor Tom Cruise.
Con un arranque de lo más espectacular protagonizado por el actor Josh Holloway (Sawyer en la serie Perdidos), esta cuarta entrega se sitúa varios años después de la entrega anterior y nos presenta al agente Ethan Hunt encarcelado en una prisión de máxima seguridad por un misterioso motivo que el espectador conocerá según vayan avanzando la trama y las diferentes misiones a las que Hunt y su equipo, en esta ocasión formado por Jane Patton, interpretada por la bellísima Paula Patton y Benji Dunn, el contrapunto cómico interpretado por el británico Simon Pegg, que ya apareciera en la tercera entrega, y al que pronto se le unirán debido a las circunstancias el analista Brandt, interpretado por Jeremy Renner.
La misión del equipo acaba resultando fallida en una espectacular set-piece desarrollada en el Kremlin, que acaba dando como resultado un terrible atentado, sin duda uno de los puntos claves y más espectacular de la trama, del que el equipo de Hunt es acusado como el causante, por lo que se verá privado del apoyo oficial del FMI y deberá actuar de forma clandestina para encontrar al responsable de dicho atentado, el terrorista ruso Kurt Hendricks, interpretado por Michel Nyqvist.
Magníficamente dirigida por Brad Bird, prestigioso director conocido sobre todo por esas tres joyas de la animación como son El Gigante de Hierro, Los Increíbles o Ratatouille, la película no deja un momento de respiro al espectador y la acción y el humor (aunque en pequeñas dosis) se dan la mano en las diferentes secuencias desarrolladas en las diversas localizaciones de todo el mundo donde se ha rodado, donde Bird ha sabido aprovechar en todo momento los escenarios para desarrollar estupendas escenas de acción como la escena de la persecución en la tormenta de arena o la que se desarrolla en el hotel Burj Khalifa de Dubái.
Esta cuarta entrega de la franquicia tiene como productores al propio Tom Cruise y al director J.J. Abrams, que ya se encargó de dirigir la entrega anterior y de revitalizar una franquicia que tras la estupenda primera entrega dirigida por Brian De Palma, necesitaba algo de savía nueva tras la fallida segunda entrega dirigida por John Woo. Por su parte Josh Appelbaum y André Nemec, hombres de confiranza de Abrams con los que ya trabajara en su serie Alias, han sido los elegidos para desarrollar un guión que presenta varias misiones que perfectamente podrían haber encajado en cualquier episodio de la mítica serie de televisión.
El emotivo epilogo que cierra el film, deja la puerta abierta a posibles nuevas entregas, despeja incógnitas que se van planteando durante el metraje que enlazan con la tercera entrega y nos regala el inevitable cameo de Luther Stickell, personaje interpretado por Ving Rhames que ha aparecido en las cuatro entregas.
En definitiva, esta cuarta, y esperemos que no última, entrega podría considerarse como una de las mejores de la saga y como una espectacular película de acción de las que hace años que no se ven en las pantallas de cine y ya solo por ese motivo debería atraer a los espectadores en masa a las salas de proyección. Y hablando de salas, si pueden vayan a verla a las salas IMAX, ya que esta vez sí que merece la pena ver algunas escenas en ese pedazo de pantalla.
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