¿Alguien lleva la cuenta de las veces que Roland Emmerich ha
destruído en sus películas La Casa Blanca? Pues sumen una más, amigos.
Como ya habréis podido comprobar en los trailers, incluso en el cartel
de la película, en
Asalto al poder, (
White House Down en su título original),
Emmerich se da el gustazo y una vez más hace volar por los aires el
hogar del Presidente de los Estados Unidos, todo un símbolo para los
estadounidenses.
El alemán es uno de esos directores cuya
filmografía ha sido casi siempre vapuleada por la crítica, pero sin
embargo la mayor parte de sus producciones han sido apoyadas por el gran
público que siempre responde de manera positivia y acude en masa a ver sus películas
palomiteras con la única y sana intención de pasar un rato entretenido en la butaca del cine.
A la espera de la anunciada secuela de
Independence Day, uno de los mayores éxitos del director, y tras la
personal y entretenida
Anonymous, llega esta cinta de acción con
ligeros toques de comedia que hará las delicias de los amantes de los
blockbusters veraniegos y sobre todo de las películas de acción
noventeras, de las que
Asalto al poder bebe bastante.
La historia nos cuenta como un grupo de mercenarios se hace con el control de
La Casa Blanca con la intención de secuestrar al Presidente de Estados
Unidos, con oscuras y aviesas intenciones que no quiero desvelar para
que el disfrute del visionado del film sea completo. Pero claro, como
ocurriera en la ya clásica
Jungla de Cristal, los terroristas deberán
vérselas con John Cale, un agente especial que pasaba por allí para una
entrevista de trabajo y como ya le suceciera al bueno de John McClane,
se encontraba en el momento y lugar equivocados y para colmo, acompañado
de su hija.
Partiendo de un argumento tan delirante como
divertido, Emmerich sabe perfectamente que teclas tocar para hacer
disfrutar al espectador, sobre todo al estadounidense que gozará y
sufrirá a partes iguales con algunas de las espectaculares escenas del
film.
Channing Tatum, uno de los jóvenes valores del Hollywood
actual, se nos presenta aquí como el McClane del Siglo XXI, y no lo hace
del todo mal sabiendo conjugar de manera efectiva las escenas de acción
con las escenas humorísticas, como ya hiciera en la imprescindible y
divertida
Infiltrados en clase.
Tatum contará con un inesperado
compañero de fatigas, al más puro estilo de las
buddy movies, ni más ni
menos que James Sawyer, el Presidente de Estados Unidos, interpretado
por el solvente Jamie Foxx, que lo mismo interpreta a un esclavo
liberado en
Django Desencadenado, como al villano Elektro (Arrives) que se enfrenta a
Spider-man en la secuela de
The Amazing Spider-man de próximo estreno,
como a un "obamizado" presidente de los Estados Unidos.
Completan
el reparto actores conocidos como Maggie Gyllenhaal, Jason Clarke,
Richard Jenkins, destacando a dos por encima del resto: el veterano
James Woods que está inmenso y la niña Joey King que da todo un recital y
que pese al papel que interpreta de niña repelente sabelotodo no está
para nada cargante.
Acción a raudales, espectaculares escenas de vuelos de
helicópteros, peleas, tiroteos, villanos
over the top, humor, guías
turísticos desatados y mucho más encontraréis en esta entretenida
película de Emmerich, un honesto director que sabe dar al público justo
lo que pide, y que en ésta, su última película hasta la fecha, continúa
haciendo el mismo tipo de cine palomitero con el que ha sabido
conquistar la taquilla durante años, y cuyos
únicos peros quizá sean su excesivo metraje y un final bastante
vergonzante que a más de uno le puede provocar un inesperado subidón en
el nivel de azúcar.