Tras su excelente etapa en Daredevil, donde insufló nueva vida al hombre sin miedo, y con la que cosechó el reconocimiento de la crítica y de los lectores, Frank Miller abandonó Marvel para publicar un nuevo proyecto en DC, llamado Ronin, con el que gozaría de total libertad creativa, y cuya principal particularidad fue que no estaría protagonizado por ningún personaje de la editorial.
Miller ha estado considerado siempre como un autor visionario, y mucho antes de revolucionar la industria del cómic con obras como El Regreso del Caballero Oscuro o Batman: Año Uno, asombró a todos al escribir y dibujar esta miniserie de seis números, con la que sin ser demasiado consciente crearía el concepto de lo que conocemos hoy día como novela gráfica, creando una historia con su presentación, su nudo y su desenlace, dirigida en principio a lectores maduros, y con la que exploraba otros géneros diferentes al género superheroico.
Ronin nos cuenta una historia de venganza a través del tiempo, que comienza en el japón feudal con un ronin, un joven samurái sin señor, que deberá vengar la muerte de su maestro, asesinado por un demonio llamado Agat que ansía hacerse con el poder de una espada mágica. Con esta espada de por medio, las almas de ambos personajes viajarán ochocientos años en el futuro donde tendrá lugar su enfrentamiento final, en un Nueva York post-apocalíptico como telón de fondo.
Considerada por muchos como una obra menor en su larga y exitosa carrera, leída a día de hoy Ronin sigue teniendo una tremenda fuerza y a mi entender es una excelente historia de ciencia-ficción y aventuras injustamente infravalorada por los aficionados. En ella, se presentaban al lector de la época ideas bastante interesantes como la inteligencia artificial Virgo del complejo Aquarius, y un Miller totalmente obsesionado con el prestigioso manga El Lobo Solitario y su Cachorro, se permitió experimentar con la narrativa dando rienda suelta en el apartado gráfico a varias soluciones gráficas inspiradas por la obra de Kazuo Koike y Goseki Kojima, además de mostrar algún que otro ramalazo influenciado por autores de la historieta francobelga como Moebius.
Ayudado por el magnífico coloreado aplicado por Lynn Varley, la que fuera su inseparable compañera de fatigas por aquella época, Miller consigue crear una gran obra muy recomendable a día de hoy, donde podemos ver muchos temas e ideas del autor fácilmente identificables en las obras que vendrían en los años siguientes. Podríamos decir que con Ronin, Miller dejaría ser un mero dibujante de cómics para convertirse en un AUTOR, con una voz personal y un universo propio con el que en obras posteriores sabría ganarse el favor de la crítica y de un gran número de aficionados.
En definitiva, Ronin es una obra que recomendaría especialmente a todos aquellos que quieran descubrir una de las obras más interesantes firmadas por Miller, que puede que injustamente haya quedado eclipsada por dos obras maestras del autor como son Daredevil: Born Again o El Regreso del Caballero Oscuro.
Ronin
Frank Miller
Rústica. 312 páginas. Color. 26 €. ECC Ediciones
1 comentario:
Buen post. Justo el año pasado DC sacó una nueva Deluxe Edition de Ronin. Por cierto, leí tu post sobre Planetary, y me pareció muy bueno. Justo ahora acabo de escribir sobre la obra de Ellis y Cassaday en mi blog, así que te invito a que lo visites:
www.artbyarion.blogspot.com
Me encantaría que te sumes como seguidor a mi blog, y por supuesto, yo haré lo mismo. Y si además puedes dejarme algún comentario, te lo agradecería bastante.
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