El personaje, creado en 1977 por el guionista John Wagner y el dibujante aragonés Carlos Ezquerra para la revista británica 2000AD, ha ido ganando popularidad con los años convirtiéndose en uno de los personajes más famosos de la historieta británica, llegando a conseguir su propia adaptación cinematográfica en 1995 protagonizada por Sylvester Stallone y dirigida por Danny Cannon. Esta producción, pese a contar con un gran presupuesto, y ser una película bastante entretenida no conseguía captar el verdadero espíritu de las historietas protagonizadas por el Juez Dredd y no dejaba de ser otra cinta de acción más protagonizada por Stallone.
Han tenido que pasar diecisiete años para que el personaje contara con una nueva oportunidad en la gran pantalla y sus responsables han sabido aprovechar muy bien esta nueva oportunidad realizando una interesante cinta de acción futurista que además cuenta con el aliciente de la espectacularidad del 3D.
El director Pete Travis (En el punto de mira) nos presenta una historia escrita por Alex Garland (Sunshine, 28 Días Después), con la ayuda de los creadores del personaje, en la que en un futuro post-apocalíptico las ciudades se han convertido en grandes concentraciones de población, en las que los criminales campan a sus anchas y en las que los únicos representantes de la Ley son los Jueces, que tienen la potestad de actuar como jueces, jurados y verdugos.
Tras la presentación de Mega City Uno, la decadente ciudad donde se desarrolla la acción y que podría considerarse como otro personaje más, la película arranca con una fantástica escena de persecución en la que se nos presenta al personaje protagonista, magníficamente interpretado por Karl Urban, y en la que se nos presenta la droga SLO-MO en una espectacular escena en cámara lenta donde se aprovechan todas las posibilidades de las imagenes ralentizadas y del 3D.
Tras cometerse unos crimenes en una de las torres de la ciudad, a Dredd le es asignado el caso y una nueva compañera, la novata Anderson, interpretada por Olivia Thirlby, a la que deberá adiestrar durante la investigación de estos asesinatos que le llevarán tras la pista de la droga SLO-MO, y de Ma-Ma, la villana de la función.
La película tarda poco en arrancar y en cuanto los dos jueces entran en las torres Peach Trees, la acción toma las riendas de la historia y las espectaculares escenas de acción se suceden una tras otra en una montaña rusa tras que no da ni un momento de respiro al espectador.
En cuanto al reparto hay que destacar a Karl Urban (El Señor de los Anillos, Star Trek) da la talla y llena con su presencia y sobre todo con su portentosa voz el casco de Dredd, un casco que por cierto no se quita en toda la película algo que hará felices a los aficionados al personaje, a Olivia Thirlby (La hora más oscura, Juno) que lo hace fenomenalmente y roba el protagonismo en muchas escenas a Urban, y sobre todo a Lena Headey que interpreta a Ma-Ma y que compone un papel de mala malísima a la que ya tiene acostumbrados a sus fans que la siguen en la serie Juego de Tronos donde interpreta a la mezquina Cersei Lannister.
El argumento de la cinta es de lo más sencillo, y sin duda recuerda a películas como La Jungla de Cristal o la más reciente The Raid, pero la historia funciona perfectamente como mera excusa para articular una serie de secuencias de acción espectaculares brillantemente rodadas que son la auténtica salsa de esta película, que va como un tiro en sus 95 minutos de metraje.
En el pase de prensa al que asistimos solo nos proyectaron en 3D los primeros 10 minutos de la cina, pero quizá merezca la pena su visionado completo en 3D, sobre todo por ver como unas líricas y bellas escenas de violencia rodadas a cámara superlenta, acompañadas de una sugerente banda sonora repleta de temas de música electrónica, pueden llegar a hipnotizar al espectador que creerá estar bajo los efectos de la SLO-MO.
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