Gracias a una entrevista que se publicó en 1997 en el número 20 de la desaparecida revista informativa Slumberland, los lectores españoles pudimos conocer al mangaka Matsumoto Taiyou y su obra Tekkon Kinkreet.
Y es ahora, once años después, y tras haber podido ver el año pasado la película de animación que adapta el manga, cuando tenemos por fin la oportunidad, gracias a Ediciones Glénat, de conocer a este autor de primera mano y leer la que quizá sea su obra más representativa.
La historia de Tekkon Kinkreet nos presenta a dos niños huérfanos, Kuro y Shiro, que intentan sobrevivir en la calle autoproclamándose defensores de Takara-Chô, el barrio en el que viven, que está sumergido en la violencia de las bandas callejeras y los yakuzas.
Según Taiyou, con las personalidades de Kuro y Shiro, cuyos nombres se traducen como Negro y Blanco respectivamente, ha querido mostrar el lado oscuro y a su vez el lado inocente que poseen todas las personas, de este modo Kuro es un chico callado que únicamente responde a la violencia con violencia, mientras que Shiro es un chico jovial y totalmente despreocupado viviendo en su propio mundo alejado de la realidad, y que depende en todo momento de los cuidados y la protección de su compañero Kuro.
Tekkon Kinkreet es por tanto una obra dura y compleja en la que la violencia se erige como auténtica protagonista de la historia, y que le sirve al autor para plantear una interesante reflexión sobre la importancia del equilibrio entre el bien y el mal.
Con unas influencias gráficas tan dispares que van desde Katsuhiro Otomo, creador de Akira, al gallego Miguelanxo Prado, a Moebius e incluso si me apuran al creador de Alack Sinner, José Muñoz, Taiyou ha conseguido crear un estilo muy personal cargado de fuerza con el que firma unas páginas llenas de energía y dinamismo, y en cuyas recargadas viñetas no queda un solo espacio en blanco.
En cuanto a la magnífica edición de Glénat, la obra se nos presenta en un voluminoso tomo de más de 600 páginas a un tamaño mayor que el del formato tankoubon habitual, conteniendo una bonita ilustración deplegable a todo color de los dos personajes protagonistas.
Tekkon Kinkreet.
Matsumoto Taiyou.Y es ahora, once años después, y tras haber podido ver el año pasado la película de animación que adapta el manga, cuando tenemos por fin la oportunidad, gracias a Ediciones Glénat, de conocer a este autor de primera mano y leer la que quizá sea su obra más representativa.
La historia de Tekkon Kinkreet nos presenta a dos niños huérfanos, Kuro y Shiro, que intentan sobrevivir en la calle autoproclamándose defensores de Takara-Chô, el barrio en el que viven, que está sumergido en la violencia de las bandas callejeras y los yakuzas.
Según Taiyou, con las personalidades de Kuro y Shiro, cuyos nombres se traducen como Negro y Blanco respectivamente, ha querido mostrar el lado oscuro y a su vez el lado inocente que poseen todas las personas, de este modo Kuro es un chico callado que únicamente responde a la violencia con violencia, mientras que Shiro es un chico jovial y totalmente despreocupado viviendo en su propio mundo alejado de la realidad, y que depende en todo momento de los cuidados y la protección de su compañero Kuro.
Tekkon Kinkreet es por tanto una obra dura y compleja en la que la violencia se erige como auténtica protagonista de la historia, y que le sirve al autor para plantear una interesante reflexión sobre la importancia del equilibrio entre el bien y el mal.
Con unas influencias gráficas tan dispares que van desde Katsuhiro Otomo, creador de Akira, al gallego Miguelanxo Prado, a Moebius e incluso si me apuran al creador de Alack Sinner, José Muñoz, Taiyou ha conseguido crear un estilo muy personal cargado de fuerza con el que firma unas páginas llenas de energía y dinamismo, y en cuyas recargadas viñetas no queda un solo espacio en blanco.
En cuanto a la magnífica edición de Glénat, la obra se nos presenta en un voluminoso tomo de más de 600 páginas a un tamaño mayor que el del formato tankoubon habitual, conteniendo una bonita ilustración deplegable a todo color de los dos personajes protagonistas.
Tekkon Kinkreet.
Ediciones Glénat.
616 págs. - B/N - 20 €. Rústica con sobrecubiertas. Número único. Octubre 2008.
3 comentarios:
A Taiyo Matsumoto ya lo vimos en "Japón", de Ponent Mon.
Cierto, se me había olvidado. Gracias por el apunte.
Me lo compré en la feria del comic y del manga de Getxo este año, y aunque no puedo comparar mucho (sólo me he leido Death Note ^_^, aunque he visto algún anime que otro), me siento satisfecho con la compra. A bote pronto, el tomo es adictivo. Luego ya para gustos, me quedo con bien que transmite la relación complementaria que matienen Shiro y Kuro. Aparte del barrio, que es un personaje en sí.
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